martes, junio 07, 2005

Despertar

El Coloso de Fuego despertó, y nos quitó el sueño
- Se llama Luis y todavía trabaja en la tienda - me dijo Yara con una mirada traviesa con la que me expresaba exactamente a quién se refería. - ¿Quién? - le pregunté tratando actuar con indiferencia ante su comentario.
Ella se molestó emitiendo un sonido de hastio por mi poco interés en lo que a ella le parecía información valiosa. ¿De quién hablaba? De un chico al que denominaré como el Tendero. Trabaja en una tienda de abarrotes ubicada cerca a la casa de Yara. La primera vez que fui a comprar unos chicles antes de llegar a casa de Yanis el chavo en cuestión me hizo un comentario bastante extraño. Yo le pagué con un billete de 5o pesos. Y él al darme el cambio me dijo: "Aquí tienes tu cambio, muchachón!". Lo miré perplejo. No es común que una persona le hable así a un completo extraño. Les comenté lo ocurrido a mis amigas y desde ahí, las burlas se hacían sentir. Varias ocasiones visité al Tendero, pero jamás hubo una intención de lograr alguna amistad con él. De hecho, debo admitir que en el momento de entrar a la tienda mi actitud cambiaba radicalmente. Me volvía más serio, un poco cortante y, a veces, hasta distraído a los gestos y actitudes que el muchacho hacía. Un día, Yara llegó a la escuela con una noticia: el Tendero le había preguntado por nosotros [los amigos de Yara]. Al principio, la canija dijo que le había preguntado por mi pero al final confesó que había preguntado por todos. Ayer, después de haberme dicho el nombre del muchacho, acompañé a Yuri a comprar unos refrescos. Al momento de pagarle...
- ¿Cómo están? - nos preguntó con mucho entusiasmo. - Bien... - respondió Yuri con una sonrisa.
Yo no tenía intenciones de socializar. Llámenme loco, pero así soy! Jajaja... Nos dio el total del monto a cobrar. Pagué. Yuri me dio un puñado de monedas en las que se encontraban 30 centavos. Se los regresé, pero como siempre se quejó!
- ¿Qué cosa me puedes vender con 30 centavos? - le preguntó Yuri al Tendero. - Uy... - expresó el chavo con cara de preocupación. - ¿Ni siquiera un chicle? - arremetió Yuri. - Bueno, un chicle... - ¿En serio? - cuestionó asombrada. - Sí...
Yuri le dió los 30 centavos. El Tendero, tomó del aparador típico de los chicles Adam's dos cajitas. Se las dió y sonriendo nos dijo: "¡Que les vaya bien!". No sé si es mi imaginación, pero desde mi punto de vista ese chamaco coqueteó sin descaro! Y no sé si fue a mi o a Yuri... Jajaja!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Órale! duro cn Ren! jajaja.

TL dijo...

No pus asi ta' cabron!!!
Como que anda de coqueto el wey???
Y si anda de coqueto que sea mas obvio con quien por que asi pueden resultar heridos.
Capaz y nadamas les coquetea a los dos por pura diversion ... He conocido muchos weyes que son asi. Ahhh y como me choca que hagan eso.

Ed. dijo...

a ti guapo a ti :)