martes, febrero 21, 2006

Día de razonamientos

La Iglesia católica y otras más aseguran que la homosexualidad, o mejor dicho, los actos homosexuales son un pecado que te llevarán al castigo eterno. Ese castigo será dado a tu alma, esa escencia éterea que todo mundo cree tener, pero que en realidad nadie ha visto. En caso de existir esa parte espiritual de nuestra existencia, ¿qué sexo tiene? ¿es hombre o mujer? Mi mamá y sus amigas locas, basadas en diferentes teóricas budistas, creen que TODOS somos energía. Debe existir un equilibrio energético en nuestro cuerpo; cuando la energía se tuerce, se obtienen todos los malos vicios de la humanidad, entre ellos el ser homosexual. Ahora bien, si yo soy energía y al momento de morir sólo queda esa chispita de luz... ¿importa realmente si me acosté con personas de mi mismo sexo en mi vida material? Digo, ¿acaso es tan díficil de imaginar que quizá, por ser seres espirituales más que materiales, podemos obviar algunas cosas para poder amar a otro semejante?
No me hagan caso... estoy enloqueciendo!

jueves, febrero 02, 2006

¿Y qué decir?

Hace tiempo recibí un mensaje de voz en el buzón del teléfono de mi casa. Era un mensaje extraño en el que sonidos de grillos, aullidos de lobos y truenos hacían trasfondo a unos extraños gemidos de algún ser. Cuando te conté, me dijiste que eran demonios los cuales intentaban que yo les abriera un portal. Lo tomé como una curiosidad. Esa noche, en mis sueños recibía una llamada a mi casa. Eran esos mismos demonios que me pedían orar el Padre Nuestro al revés. No sé con qué fin, pero les pedí que no me buscarán. Te conté y solo mi sueño confirmó lo que me habías dicho esa tarde. Entonces me enseñaste a pedir ayuda a los ángeles para que velaran mi sueño. La primera vez que lo hice sentí el abrazo de la paz. Pero no eran los ángeles los que me abrazaban, eras tú. Tres días estuve haciendo esa oración. Ayer no la hice y mi sueño se volvió oscuro. Recostado en mi cama sentía la presencia de algo. Un algo que me paralizaba por completo, me inmovilizaba al grado de ni siquiera poder emitir un sonido de auxilio. Era una mujer de cuerpo etéreo con ojos penetrantes, la cual intentaba acercarse a mi. Muerto de miedo lograba detenerla gritándole con todas mis fuerzas que se largara. Intenté llamarte. ¿Con qué fin? Quería que me rescataras, pedía que vinieras a mi para alejar a ese espectro que llenaba mi cuerpo de una sensación terrorífica. Mas no pude hacer contacto contigo. Sin embargo, ella se fue. Pude moverme al fin. Poco a poco moví pies, manos, cabeza. Estaba rogando por que no volviera a pasar algo así cuando se vino la sacudida. Mi cama comenzó a moverse de arriba a abajo. Los cuadros cayeron de los muros. Era un terremoto! Como pude me levanté de la cama, abrí la puerta. Mis hermanos y padres ya corrían para salvarse. Los movimientos eran feroces... Era el peor movimiento de tierra que me tocaba vivir! Gracias a Dios era un sueño. ¿O no?