El argüende de la semana

Bonito se veía Leoncio Morán Sánchez, alcande del municipio de Colima, golpeando a agentes judiciales bajo los pies de la escultura de José Luis Cuevas. Todo debido a una falta por parte del panista al intentar trasladar esa pieza de arte a otro sitio por motivos de seguridad vial. Pero afrontémoslo, la solución no es eliminar la glorieta en donde descansa la llamada "Figura Obscena". La mala educación vial por parte de los colimenses es la que ha ocasionado cientos de los accidentes que han sido adjudicados a la dichosa glorieta. ¿Hasta cuándo se dará cuenta la gente que si hay accidentes es debido a la imprudencia de los conductores y no por que el asfalto esté húmedo o porque haya una glorieta en el trayecto? Que cada quién tome responsabilidad y dejen de destruir el patriomonio cultural y urbano de nuestra ciudad. La escultura ofende a algunas personas, pero de igual manera el Ángel de la Independencia ofendía a cientos de ciudadanos del Distrito Federal durante los primeros años en que fue expuesto. Creo que es sólo cuestión de acostumbrarse...

De arqueología

Hace un año aproximadamente que realicé mi servicio social dentro del INAH [Instituto Nacional de Antropología e Historia], fue ahí que me contacté con dos arqueólogos con los que actualmente trabajo. Mi labor es dibujar lo que ellos necesiten para sus informes. Gracias a ello, he aprendido un poco sobre todo eso que llaman "arqueología". Entierros, elementos arquitectónicos, vasijas... entre miles de cosas más son las que rodean el mundo de estos personajes que con su criterio realizan hipótesis de lo que pudo ser aquéllo que fue encontrado en algún predio. Pero yo aún no logro comprender cómo les puede apasionar pasar horas eternas bajo el Sol, rodeados de polvo. Durante este fin de semana, me tocó experimentar en carne propia esa inapropiada situación donde el Sol irradiaba un calor sofocante y no importaba donde me resguardaba, yo no aguantaba el sudor que recorría mi piel enrojecida ocasionando ardor. Si bien, gracias a mi atinada dedicación por no asolearme, mi piel había recuperado su tono natural; hoy estoy más que quemado. Maldita la hora en que acepté ayudarles...! Lo bueno es que sólo fue este fin de semana... o eso creo!

Resucitando a los muertos

Hay miles de motivos por los cuales este lugar merece ser resusitado, pero no los enlistaré. No encuentro la lógica para hacerlo. Si bien, este sitio en su momento fue muy importante para mi... ahora sólo en él hay recuerdos. Relatos de aquéllos días donde mi vida era un poco distinta. Donde mi propia persona pensaba y actuaba de manera totalmente contraria a lo que es hoy en día. Antes, era un fiel sirviente de mi familia. Hacía todo lo que dijeran. Era un buen estudiante, me esforzaba en mis notas, incluso me sentía ya un arquitecto. Pero la vida da muchas vueltas. Ahora ni siquiera lograré terminar esa carrera que tanto dije desear. Yo no nací para ser arquitecto, no está en mi la pasión hacia la profesión... Y el peor del caso es que no sé qué hacer ahora. Mucho menos sé cómo le diré a mi padre que los cinco años de carrera que me pagó se fueron al caño. Bueno, no todo se fue a la basura. Gracias a mi carrera trunca puedo conseguir un buen trabajo mientras averiguó mi próxima meta. Hay muchas cosas por hacer, muchas cosas por pensar... muchas cosas por decir. Hace tiempo, en la época de lluvias... uno de los ríos que atraviesan mi ciudad se desbocó. Inundó muchas construcciones. Con eso, la gente recordó que todo vuelve a su cauce natural. Lo que un día fue un río... vuelve a serlo tarde o temprano devastando lo que haya en su camino. Eso fue lo que me pasó, nací con una meta de vida y por influencia de otras personas cambié mi rumbo. Ya era hora de volver a mi cauce.