sábado, octubre 09, 2004

Somos nuestro pasado II

Racho en brazos de sus progenitores!
Como dije el post anterior, no he vivido nada similar a lo que me pasó con Víctor, mi primo. Aún así, existen otras circunstancias que se me hacen importantes de narrar. Fui el primer nieto varón de la familia, siendo precedido por mi hermana y mi prima Betty. Ferny, la hermana de Betty, me sigue; y después de ella, le sigue Víctor. Prácticamente crecí con puras niñas; como dato curioso, dicen que el día que nací compartí cuna con puras mujercitas... Jejeje! Aun recuerdo muchas veces haber jugado con ellas a las muñecas; de hecho, jugué por mucho tiempo con unos famosos muñequitos llamados Playmobil, hasta que me deshice de ellos hace no más de un año! Como mi hermana y mis primas no podían verse tan seguido como hubiesen querido, yo la hacía de "acompañante de juegos". En una ocasión, mientras jugábamos, me pidió ponerme uno de sus vestidos; así lo hice. No digo que me guste vestirme de mujer, porque no es cierto [y eso que lo volví a intentar a mis 15 años]. Simplemente, es un hecho que creí conveniente mencionar. Al nacer mi hermano Toño, mis papás deciden mudarse a la casa en la que actualmente vivimos. Era la novedad, tendríamos vecinos nuevos; niños con los cuales poder jugar. Y así ocurrió. Al lado de mi casa vivían Aldo y Omar, unos chavos de la edad de My-t [Aldo] con los cuales rapidamente hicimos amistad. De ellos aprendí muchas cosas, Omar me regaló el interés por la Arquitectura, el dibujo y las artes en general. En el barrio, se corría el rumor de la homosexualidad de Aldo, pero eso no era importante para mi. Eran mis amigos y yo, debo admitirlo, los admiraba bastante. Había un juego, que no recuerdo exactamente el nombre y al que realmente no le encontraba otro fin que no sea manosearnos, que solíamos usar bastante. Una vez, estando Omar, Luis [otro vecino, 3 años menor que yo] y yo en casa del primero solos, decidimos jugarlo. Cada uno escogía alguna parte del cuerpo para agarrar, así Luis escogío las nalgas; Omar, chichis; yo, penes [goloso el niño!]. Inició el juego, le tomé en varias ocasiones el pene de un chico de 16 o 17 años que Omar ya llevaba en su entrepierna. Incluso, llegué a decirle que lo tenía bastante raro; literalmente le dije: "lo tienes duro y enrollado como cáracol". Ja! En ese entonces no sabía que estaba erecto y muy apretado en los calzoncillos de este chico. No hubo más situaciones similares. Omar y Aldo se mudaron cuando yo estaba en la secundaria. He sabido de ellos por conocidos, pero entre ellos y yo no hay comunicación. Víctor, tampoco mantiene una relación estrecha conmigo, así que preguntarle al respecto me sería muy aventurado.

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