jueves, octubre 28, 2004

Noche estelar

...y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre...
[Apocalipsis 6:12]
Creo que todo mundo sabe que este miércoles sucedió un evento inigual en nuestra bóveda celeste. Un eclipse lunar aconteció. Eran aproximadamente las 8:00 de la noche en México cuando empezó a oscurecerse la superficie de la luna. Yo iba saliendo del cine, así que corrí lo más pronto posible a mi casa para poder convencer a mi hermano de ir a verlo a un lugar más obscuro.
Partimos hacia los limites de la ciudad, junto a una torre de energía eléctrica de alta tensión. Miré la luna ponerse roja completamente... Empecé divagar. Me sentía raro, a pesar de estar con mi hermano, me sentí solo. Nació en mi la necesidad de estar con alguien, quería compartir ese evento con alguien especial, alguien distinto a mi hermano. ¿Será que estos eventos nos hacen ver tan insiginificantes que nos remueven nuestros más intimos sentimientos? Hubiera deseado, en ese instante tener una pareja... tomar como pretexto ver el eclipse sólo para estar con él. Irnos a Carrizalillos [un lugar muy chido cerca a mi ciudad], estar tirados en el suelo, contemplando las estrellas y la luna al unísono de alguna canción romántica. Ja... pero eso, no ocurrió. Tendré que esperar hasta el 2008 para hacer algo así, claro... si es que tengo pareja! Je...
Ps. Dicen que en Colima fue dónde mejor se apreció el eclipse. Hablando, claro de las ciudades de mi país... ¿será?

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