jueves, septiembre 02, 2004

Hablando de sexo!

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El domingo acompañé a mi madre a un centro comercial. Vi en el aparador la revista Muy Interesante y le pedí que la comprara. Con la revista, venía un librito que se títula El sexo en la historia. Y aquí algunas cosas interesantes [enfocadas obviamente a la homosexualidad].
Opciones prohibidas. A pesar de que en la mitología egipcia se describe un intento de violación a Horus por parte de Set, la homosexualidad, tanto masculina como femenina, no estaba bien vista en la civilización egipcia, pues no se amoldaba al ideal egipcio de vida familiar. El Dicho 125 del LdM, conocido como La Confesión Negativa, enumera, entre aquellas acciones que el difunto niega haber realizado en este mundo, que no ha copulado con una persona de su mismo sexo. Otra negación del mismo documento condena así la homosexualidad: "Oh tú, quien tiene la vista detrás de él, quien procede de la tumba! Yo no he sido un pervertido! Y no he sido un homosexual!" Aún así, un fragmento de una narración del Imperio Antiguo menciona la relación amorosa entre el faraón Pepi II o Neferkara (2278-2184 a. de C.) y su general Sasenet.
Así vivían la homosexualidad. Aparte de la mencionad pederastia institucionlizada, cuyo último propósito era el pedagógico, existieron en Grecia otras formas de homosexualidad cuyo único propósito era la relación erótica. Así vivían la homosexualidad los helenos:
  • Cada miembro de la pareja homosexual, al igual que la heterosexual, desempeñaba un papel claramente determinado e intransferible: uno de los miembros era el activo, es decir, el que penetra; y el otro era el pasivo, o sea, el que se dejaba penetrar.
  • La moral sexual despreciaba solamente a los homosexuales pasivos y sin embargo ensalzaba la virilidad de los homosexuales activos, que eran llamados cariñosamente lásioi, es decir, los peludos.
  • Los homosexuales pasivos o kínaidoi eran objeto de mofa y el vulgo les dedicó motes ofensivos como ketapygon, loca; euryproktoi, culianchos; y lakkóproktoi, los que tienen el recto como una cisterna. A los afeminados se les conocía como leukopygoi, traseros blancos; y a los machotes malanpygoi, traseros negros.
  • Platón, un erudito de insuperable talento, fue también un homosexual reconocido. Recomendaba la abstención carnal, pero se sabe que Aster, Dionisio, Fedro y Alepsis fueron amados suyos. Por el contrario, a Sócrates, de quien se dice que fue amado por Arquelao, ninguno de sus contemporáneos lo acusa de practicar la pederastia carnal. Aún así, fue muy comentada la suma que el filósofo de Ática pagó a un burdel para que liberaran al hermoso adolescente Fedón de Elis, que se convirtió en su discípulo preferido.
Primera cruzada gay. Tras la caída de Roma en el año 414, Constantino fue el primer emperador en perseguir la homosexualidad, al prohibir el acceso a los servicios facilitados por los varones prostitutos.
La única enseñanza que me deja este librito es que nunca fue bien vista la homosexualidad, ni en la Antigua Grecia, pero siempre ha estado ahí! Y lo seguirá estando... acostúmbrense.

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