Reporte
Amaneció. Partiríamos ese miércoles a nuestra primera visita escolar para la materia de Paisaje Arquitectónico y Urbano. Nuestros destinos se ubicaban al norte del Estado de Colima, en el municipio de Comala.
Nos citamos temprano en las instalaciones del Instituto Tecnológico de Colima. Aunque como siempre, algunos llegaron tarde. Ya todos en el punto de reunión, nos repartimos. Subimos a los diferentes vehículos que nos llevarían hacia los dos lugares que, ese día, veríamos.
Llegamos a Nogueras, un poblado ubicado a un costado de la capital municipal de Comala. En cuanto bajamos de nuestros transportes, notamos que el ambiente había cambiado. Se sentía el clima mucho más fresco que en la Ciudad de Colima. Entraríamos al Ecoparque, un lugar que promueve la cultura ambiental en la región. Esperamos a que el arquitecto que nos guiaría se desocupara; no esperamos mucho. Iniciamos el recorrido.
Interior de la ex-Hacienda
Desde que entramos, nos asombramos primeramente del ambiente tan tranquilo que se hacía notar dentro de la ex–hacienda de Nogueras. Tuvimos que atravesarla ya que el Ecoparque se podría decir que es su patio trasero. Escuchamos el sonido del agua correr por la fuente y las canaletas, uniéndose armónicamente al currucar de las palomas. Pasamos a la primer explanada, en la que se nos explicó un poco sobre la historia del lugar.
Integración de las ruinas con el Ecoparque!
Es interesante ver que este parque está armónicamente integrado con las ruinas de la ex–hacienda, lo que hace pensar, que es un proyecto que respeta el patrimonio histórico de la región complementándolo con los senderos forestados con una gran diversidad en plantas. Plantas que por sus propiedades medicinales, por ser nativas de la región o por su resistencia a las sequías, han sido consideradas para ser implementadas en un futuro a nuestro entorno urbano. Creando así una conciencia a nivel regional sobre el impacto ambiental que genera el utilizar vegetación extranjera.
Se nos habló sobre las palmeras, las primaveras, el bambú, el cacao, la flor del desierto, el olivo, los ficus [su parte negativa] y algunas ecotecnias. A mi ver, estas ecotecnias son varias opciones que ayudan en gran medida a mantener el equilibrio ecológico de nuestra tierra, considerándolas como una buena opción en caso de crear arquitectura sustentable. Desconozco si se orienta, en este sentido, a la población.
Un dato interesante por mencionar, es la propuesta de implementar la agricultura urbana, la cuál consiste en cultivar de manera escalonada sobre las áreas verdes en las ciudades. Esto ayudaría, a que no sólo el área productiva se lleven en el ambiente rural, sino que la propia urbe pueda cultivar un porcentaje de lo que consume.
Ecotecnias para generar espacios agradables.
Chacuaco.
Dentro de este mismo parque ubicamos un tortugario, propuesto por los estudiantes del Bachillerato Técnico #4 perteneciente a la Universidad de Colima, con la finalidad de lograr la reproducción de tres de las especies de tortugas [pinta, casquito y sabanera] que se encuentran en los grados de protección para su sobrevivencia. La idea suena interesante, ya que se pretende que una parte de las crías nacidas ahí sea liberada, para colaborar así con la recuperación de sus poblaciones.
También, en este mismo lugar, se hace un composteo a base de residuos animales y de humus [el guano de la lombriz de tierra], haciendo de los resultados un fertilizante de gran calidad para los cultivos, tanto del parque como del poblado. Ya ahí, nos despedimos de nuestro guía, prometiendo volver para recibir apoyo en uno de los proyectos que estamos llevando a cabo y felicitándolo por el buen trabajo que se ha hecho en ese lugar, creando espacios donde la vegetación impera, dejando a un costado el aspecto arquitectónico.
Una foto artística!
Nuestra travesía continuó, llevándonos a atravesar Comala y circular por una terrecería. Llegamos a El Remate, sitio de belleza impresionante, y de importancia histórica, en donde se implementó uno de los proyectos más interesantes ya que en ese lugar se estableció la primer planta hidroeléctrica para abastecer Comala, Colima y Villa de Álvarez. Cuenta con unos estanques donde actualmente, el visitante puede practicar la pesca.
El Gobierno del Estado, el Ayuntamiento municipal, el INAH y otras dependencias, crearon un programa de recuperación, donde, gracias a un restaurante y un museo in situ, atraerían al turista a la zona.
Como buenos excursionistas, decidimos bajar hasta las ruinas de la Planta. Los senderos, en el primer tramo del trayecto, se encuentran un tanto descuidados pero definidos. En cambio, el resto es un poco peor. La naturaleza los ha invadido sin medirse. Llegamos hasta el final, pasando por miradores y algunas pequeñas atracciones, como una casa hecha con zacate.
Ya entrados con el ejercicio, nos permitimos bajar hasta el río que cruza al cañón divisorio de los estados de Colima y Jalisco, donde indudablemente respiramos un aire más fresco. Estar ahí, junto a la colosa pared de roca y tierra que ha sido formada por el paso del tiempo, por la cual el poblado recibe su nombre, te hace sentir pequeño, minúsculo. Incluso, hubo un momento en que me sentí libre, a pesar de tener límites visuales tan marcados. Volteé hacia el sendero que nos llevó hasta ahí. Sabía que el problema no había sido bajar, la subida iba a ser un poco... húmeda!
En el final del Río.
Vean la grandeza del paisaje!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario