Ayer mientras estaba en clase, recibí un mensaje en mi celular. Me avisaba mi hermana que a mi perro [Crayón] lo habían atropeyado. Lo habían llevado al veterinario, tenía una posible hemorragía interna y una hernia. Una operación era inminente.
Hoy, fui junto con mi hermana con el veterinario. Oh, Dios! Lo ví, vi su hernia... está gigantezca! Una bola a un costado de sus genitales. Hernia ingleal, creo que dijo el doctor. Yo simplemente sentí que me bajaba la presión. No sé qué hacer. No puedo dejar así al perro. La operación saldrá cara, y a lo que veo mis papás no tienen pensado ayudarme a pagarla. Es uno de esos momentos en los que no quisieras tomar una desición. Puedo dejar que lo operen, y que no le pongan la malla que necesitan. Pero, corre el riesgo de volver a aparecer la hernia. No creí que me fuera a afectar tanto...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario