lunes, agosto 09, 2004

Por casualidad...

Domingo en la tarde. Caluroso. La televisión no transmitía algún programa interesante. Yo en internet arreglando mi blog.
- Deberías hacer algo más productivo, algo de lo que pudieras sentirte orgulloso! - exclamó mi madre.
Sentí enojo, rabia. ¿Acaso no puede entender que ambos tenemos ideas diferentes de la "productividad"? Decidí no seguir soportando sus gritos e ideas, apagué la computadora. Me dirigí al baño. Al salir, no encuentro nada qué hacer. La mañana la había gastado leyendo el libro Metamorfosis de Franz Kafka, así que leer no era una opción. Fui a la sala, mi madre viendo la tele. ¿Es eso la idea de "hacer algo productivo"? Tomé mis llaves, me cambié de ropa.
- Mamá, ¿me prestas el carro para ir a Soriana? - le pregunté sin rodeos.
- ¿A qué? - respondió. Es algo que me caga... una pregunta como respuesta.
- A comprar unas revistas y un libro - le dije. No era ninguna mentira, ese era mi propósito.
- ¿Vas y regresas directo a casa?
- Mmm... - dudé. Quizá aquí fue dónde cometí el error.
- Tavo, no tienes tu licencia.
- ¿Y?
- Y anda fallando el carro.
- Gracias.
No intenté pedirle la camioneta a mi papá, My-t la iba a necesitar. Papá adora hija. Salí sin rumbo, caminé a lo largo de la Av. Insurgentes. Mi madre me alcanza, quizá le remordió la conciencia por ser un poco egoísta al inventarse esa escusa.
- Súbete, voy a un mandado y te llevo.
- No, gracias... Me voy caminando.
Me miró, y siguió su camino. Sólo una pregunta pasaba por mi cabeza: ¿a dónde voy?. No caminaría por la Av. San Fernando, la transito seguido. Bajé por Calzada Galván, me dirigía a Wallmart. Llegué; me sentía perdido. No tenía idea de qué estaba haciendo en esa tienda. Fui al puesto de revistas, vi alguien familiar. Era Ale con su hermana. Respiré aliviado. Platicamos un rato, me invitó a dar el roll. Fuimos a su casa a dejar a su hermana y el mandado. Vi a su mamá, muy delgada. Algo muy gracioso nos pasó al salir, la tía de Ale nos dijo: "váyanse agarraditos de la mano". Al subirnos al carro, nos reímos.
No sabíamos a donde ir. Estuvimos circulando por la ciudad, hasta que Ale decidió ir a casa de Yuri a ver si salía. Llegamos, no estaba la niña. Fuimos por Mariana, tampoco estaba; había salido con unos amigos a nadar [sí, claro!]. Ya estando en Villa Izcalli, fuimos con Estrella. No la dejaron salir. Pasamos con Silvia; estaba con su novio. Así que regresamos a casa de Estrella para que nos invitara un cafecito. Estuvimos un rato charlando. Ale nos platicó lo emocionada que está con el proyecto de poner un café-bar en Comala. Suena muy interesante la idea. Yo desde hace tiempo había querido hacer algo así. Poner un negocio, algo innovador en mi tierra. Claro, un café-bar no es tan novedoso. A no ser que decidas vender otro tipo de cosas. Ojalá les funcioné y les vaya bien en su inversión. Y así pues regresé a casa, satisfecho con mi salida.
Ps. Bien dicen que las cosas no se dan por casualidad, necesitaba a alguien y Ale estuvo ahí, sin planearlo!

No hay comentarios.: