domingo, octubre 10, 2004

Aquí la razón!

No lo saben, y tampoco se imaginan, que haberles contado mi historia sexual [si es que puede llamarse así] tiene un trasfondo bastante oscuro. Ya saben sobre mi problema de peso, sobre mi falta de encuentros sexuales y sobre todos mis bajones de autoestima; lo que no saben es que tengo una hipótesis al respecto. De ahí nace la frase "somos nuestro pasado". Imagina a un niño de 7 u 8 años, en pleno descubrimiento sexual. Sabe que su primo y él gozan al estar juntos, más desconoce que la gente y su familia no comprenden esta situación. Lo golpean, le castigan, le gritan que lo que hace está mal: que aquello, que para él es normal, es asqueroso y no debería existir. ¿Qué impresión tendrían esas palabras, esas actitudes en el desarrollo de un niño? Soy el resultado de ello... un chico solo, con problemas alimenticios, lleno de miedo y de prejuicios insanos.

sábado, octubre 09, 2004

Somos nuestro pasado II

Racho en brazos de sus progenitores!
Como dije el post anterior, no he vivido nada similar a lo que me pasó con Víctor, mi primo. Aún así, existen otras circunstancias que se me hacen importantes de narrar. Fui el primer nieto varón de la familia, siendo precedido por mi hermana y mi prima Betty. Ferny, la hermana de Betty, me sigue; y después de ella, le sigue Víctor. Prácticamente crecí con puras niñas; como dato curioso, dicen que el día que nací compartí cuna con puras mujercitas... Jejeje! Aun recuerdo muchas veces haber jugado con ellas a las muñecas; de hecho, jugué por mucho tiempo con unos famosos muñequitos llamados Playmobil, hasta que me deshice de ellos hace no más de un año! Como mi hermana y mis primas no podían verse tan seguido como hubiesen querido, yo la hacía de "acompañante de juegos". En una ocasión, mientras jugábamos, me pidió ponerme uno de sus vestidos; así lo hice. No digo que me guste vestirme de mujer, porque no es cierto [y eso que lo volví a intentar a mis 15 años]. Simplemente, es un hecho que creí conveniente mencionar. Al nacer mi hermano Toño, mis papás deciden mudarse a la casa en la que actualmente vivimos. Era la novedad, tendríamos vecinos nuevos; niños con los cuales poder jugar. Y así ocurrió. Al lado de mi casa vivían Aldo y Omar, unos chavos de la edad de My-t [Aldo] con los cuales rapidamente hicimos amistad. De ellos aprendí muchas cosas, Omar me regaló el interés por la Arquitectura, el dibujo y las artes en general. En el barrio, se corría el rumor de la homosexualidad de Aldo, pero eso no era importante para mi. Eran mis amigos y yo, debo admitirlo, los admiraba bastante. Había un juego, que no recuerdo exactamente el nombre y al que realmente no le encontraba otro fin que no sea manosearnos, que solíamos usar bastante. Una vez, estando Omar, Luis [otro vecino, 3 años menor que yo] y yo en casa del primero solos, decidimos jugarlo. Cada uno escogía alguna parte del cuerpo para agarrar, así Luis escogío las nalgas; Omar, chichis; yo, penes [goloso el niño!]. Inició el juego, le tomé en varias ocasiones el pene de un chico de 16 o 17 años que Omar ya llevaba en su entrepierna. Incluso, llegué a decirle que lo tenía bastante raro; literalmente le dije: "lo tienes duro y enrollado como cáracol". Ja! En ese entonces no sabía que estaba erecto y muy apretado en los calzoncillos de este chico. No hubo más situaciones similares. Omar y Aldo se mudaron cuando yo estaba en la secundaria. He sabido de ellos por conocidos, pero entre ellos y yo no hay comunicación. Víctor, tampoco mantiene una relación estrecha conmigo, así que preguntarle al respecto me sería muy aventurado.

jueves, octubre 07, 2004

Somos nuestro pasado I

- Tienes una hemosa cara, Tavo! - me dijo Yanis justo después de decirle lo de Cíclope - Eres muy especial como para que te dejes por ese tipo de personas.

Mientras hablaba con Ale y Yanis sobre mi homosexualidad el martes, empecé a divagar sobre lo que soy y la influencia tan marcada de mi pasado. Así que creo justo, tanto para ustedes como para mi, narrar la parte de vida que más trabajo me ha costado enfrentar. Recuerdo que desde pequeño tuve interés en los niños; de hecho mi experiencia data desde muy pequeño. Remontémonos a mi etapa en el jardín de niños. A pesar de ser un niño tímido y tranquilo, las imagenes que a continuación narraré muestran a un chamaco muy precoz. José Miguel era mi mejor amigo en ese entonces; veo claramente ese día en el que él y yo, estando bajo una de las mesas de trabajo, empezamos a tocar nuestros genitales. Quizá lo hicimos como parte de un juego, no estoy muy seguro; pero no sólo fueron caricias, también recuerdo uno que otro beso. Tampoco sé cuántas veces pasó, ni si fue la primera vez; lo que sí sé es que yo sabía lo que hacía. De ahí que narre una escena que seguido se me viene a la cabeza. En ella está mi tío Joel en el baño, sentado. Pide que me acerque, lo hago; me da un beso. Siento el picor que su bigote me causa, su lengua enra a mi boca y juega un poco. El problema es ése, que es un recuerdo vago, una imagen que quizá pertenezca a un sueño. Todo quedó entre mi tío y yo; ahora, jamás podrá ser aclarado hasta que me reencuentre con él el día que muera. Luego viene la parte más conflictiva. A esa edad, mis padres me mandaban a casa de mi abuelita donde también vivía mi tío Joel. Frente a la casa, vivía mi tía Lety, por ende, mi primo Víctor unos meses menor que yo. Víctor se quedaba con mi abuelita las veces que yo estaba, así que jugábamos bastante. E incluso, hubo ocasiones en donde yo iba a casa de mi tía. Una ocasión, siendo ambos fanáticos de una telenovela, comenzamos a jugar a imitar las escenas. Yo tomé el papel de la protagonista; él era el galán. Empezamos con un beso; esos labios tocando los míos, esa lengua jugando con la mía... simplemente es algo que no olvido. Otras veces, lo hacíamos ya sin actuar, sin jugar. A partir de ahí, empezó a ser algo muy norml en nosotros. Procurábamos pasar el mayor tiempo posible solos, dándole vuelo a nuestra imaginación, a esa curiosidad o pasión que nos invadía en esa edad. Incluso, una vez llegamos a escondernos de nuestros hermanos. También debo mencionar que no sólo eran besos. Recuerdo una vez desnudarnos completamente, besarnos, tocarnos e intentar, a esa edad, algo que podríamos definir como penetración. Luego, me pidió chuparle el pene, sin dudarlo lo hice. Es impresionante como hasta la fecha recuerdo todo con mucho detalle; los olores, las texturas, las sensaciones. Era lo máximo! ¿Cuánto duró? No sé, pero si sé que fuimos cachados. Ahorita mismo lo recuerdo, la señora que en aquéllos tiempos le ayudaba a mi abuelita, nos cachó. Le dijo a nuestros papás; esa sensación de miedo mientras esperábamos escondidos bajo la cama de una tía aún la siento. Nos sacaron de ahí para propiciarnos una gran cantidad de golpes. Quiero creer que desde esa ocasión no volvimos a tener algo, incluso yo no he vivido algo similar. Pero mi pasado no termina ahí... [continuará]

martes, octubre 05, 2004

Destapándome

Ayer, después de entregar la síntesis de mi proyecto, me dirigía a casa con el único propósito de dormir. Caminaba por la Av. Felipe Sevilla del Río, cuando me encuentro con Ale, Silvia y Sandy. Iban para el Rodeo, un parque en mi ciudad. Me invitaron; dudoso acepté.
- ¿Qué tal las discos? - me preguntó Sandy al llegar. - ¿Qué discos? - me había sacado de onda su pregunta, no tenía idea a qué se refería. - Las de Guadalajara! - No entiendo - le dije. - Me comentaron que te habían visto en una disco en Guadalajara, ¿no eras tú? - No creo - negué - Pero pues ni que fuera algo de otro mundo! - Je! Él que me comentó no va a discos comunes - me dijo expresando mucho a lo que se refería. - Ah! - alcancé a exclamar. - Pues tu lo conoces, ¿no? Se llama Ricardo.
Claro que conocía a Ricardo. Un chavo que estaba en la misma prepa que nosotros. Jamás hemos tenido una conversación entre nosotros, pero de que sé quién es, sí lo sé! De hecho, Cíclope anduvo tras sus huesitos recien empezamos a charlar. Como yo sabía que Ale lo conocía, empecé a preguntar por él. Descubrí que andaba con un tipo mucho más grande que él [37 años]; simplemente quedo ahí. Vale, me sorprendió muchísimo todo eso. No tanto porque alguien pueda verme en alguna ocasión, sino que esa persona, con la que no he conversado nada en mi vida y a la que dudo mucho le interese lo que hago, haya comentado eso con una chava que ni siquiera es mi amiga! Y digo, si yo viera a alguien en una disco así... No lo tomaría como algo interesante que contarle a mis amigos, a no ser que esa persona me interesara... Lo cual dudo mucho! Después de eso, empezamos a jugar a La Botella. Ya saben! El típico juego de "¿Verdad o te atreves?". Le tocó a Sandy preguntarme... pedí verdad.
- ¿Te gustan más los chicos o las chicas? - me pregunta sin rodeos. - ¿Qué te diré? - le dije después de estar un rato en silencio pensando.
No perdía nada en decirlo, aún así dudé bastante. No tanto por desconfiar de ellas, sino por la historia que tenía con Silvia [una de las presentes]. Ella fue mi compañera en la secundaria; según eso, en esa época yo estaba perdidamente enamorado de ella. Entramos a la misma prepa, pero a pesar de llevar una buena relación, jamás creí necesario decirle sobre mi homosexualidad.
- Pues la verdad, se supone que eso debes decir! - respondió Sandy. - Mmm... - me la seguía pensando. Miré a mi alrededor, sentía la incomodidad en Silvia - Ok! Me gustan los chicos.
No hubo caras de sorpresa; no hubo gritos; no hubo insultos. Sólo silencio.
- Bueno, te toca - me dijo Ale.
Duramos poco con el juego, porque tenían que regresar a hacer sus actividades diarias. Al dejarlas para ir a mi casa, Sandy me dio las gracias por confiar en ellas. Ella sabía que no es fácil decirlo tan abierto y que le parecía un gesto muy valiente de mi parte. Yo aún me pregunto por qué lo hice!

domingo, octubre 03, 2004

Hay de accidentes a accidentes!

Estaba navegando en la mañana, como es costumbre, por los foros de Teenlover cuando decidí entrar a checar la página. Me metí a la zona x, la zona de pornografía. Bien mono yo, sentado... viendo las imágenes; aprovechando que no estaban mis hermanos ni mis padres en casa. Entraron varios amigos al MSN, entre ellos Cíclope y Riquelme, así que me perdí en las platicas que me hacían. Llegó mi hermana, me preguntó algo... y yo por intentar evitar que viera mi charla con ellos cerré las ventanas dejando expuestas las galerías de fotos de la página porno que veía! Jajaja, lo más rápido que reaccioné fueron 5 segundos... minimizé la ventana! Quería que la tierra me tragará. Mi hermana no hizo comentario alguno al respecto, simplemente se fue. Para la otra, mejor dejo las charlas... Jajaja!