viernes, julio 29, 2005

¿Quién dice?

- Ve ayúdale a tu papá a bajar las cosas - me ordenó mi madre.
Don Gustavo, regresaba de su larga jornada laboral y de manera sorpresiva, trajo consigo una serie de objetos extraños que guardaríamos por unos meses en la casa. Ninguno sabía cuál era el motivo por el que los compró. Tomó asiento en una de las sillas del comedor. De repente, nos percatamos que venía llorando.
- Murió Samantha - balbuceó entre sollozos.
Las lágrimas corrían en su rostro de manera incontenible. Todos los presentes asombrados porque su imagen de un hombre duro era derrumbada por ese instante en el que los sentimientos de una perdida invadía su cuerpo mostrándonos al ser humano al que llamamos padre.
- ¿Samantha? - Doña Tere cuestionó con incredulidad. - Es la chica que nos ayuda en la empresa - comentó My-t.
Mi madre que para ese entonces sostenía entre sus brazos a mi padre, decidió ir a la cocina por un brebaje para calmar los nervios. Yo seguía inmutado viendo a ese hombre que lloraba sin parar, con el rostro enrojecido. Doña Tere dirigió una fuerte mirada hacía mi, ordenándome reconfortarlo. Tomé de su mano. Sentí la aspereza de su piel, la humedad que las llenaba; también la fuerza con la que él tomaba la mía. Miró a mis ojos, y con una seriedad que jamás olvidaré dijo:
- Proméntanme que jamás se irán, no así... Ustedes siempre andan pensando: "Me tengo que ir, me tengo que ir", pero no saben lo que piden!
Quizá para ustedes les parezca extrañas estas palabras, que al terminar de escucharlas causaron en mi el sentimiento que anuda tu garganta para empezar a desbocar lágrimas por tus ojos. Pero, tanto yo como mis hermanos, supimos a lo que se refería. Dicen que morir antes que tu padre es antinatural, pero... ¿quién dice que, por jóvenes, tenemos la vida comprada?

2 comentarios:

Switch! dijo...

Oh, que mala onda, lo siento...y como dices, nosotros tampoco tenemos la vida comprada, tarde o temprano nos llegará nuestro turno.

Dr. Psiquiatra dijo...

Berenice...